> JUNTOS PERO NO REVUELTOS. Conviene no mezclar nunca aceite nuevo y usado, tampoco aceite de oliva con otro de semillas. Estos productos tienen diferentes puntos de fusión, es decir, el de oliva aguanta una mayor temperatura que el resto y, si se mezclan, uno quema al otro y se generan sustancias irritantes y potencialmente tóxicas para el consumo alimenticio.
> ALTAS TEMPERATURAS. Se recomienda evitar el sobrecalentamiento del aceite, sea de cualquier clase. Es preferible no sobrepasar durante la fritura una temperatura de 170ºC. Si se utiliza una freidora eléctrica, se puede regular el termoestato y evitar que el aceite no humee ni se oscurezca. Cuando un despiste provoca que el aceite alcance una temperatura demasiado elevada se generan sustancias potencialmente tóxicas, para evitar cualquier riesgo conviene desecharla.
> FILTRAR. Es aconsejable filtrar el aceite después de cada fritura para eliminar restos de alimentos, que provienen de su oxidación y descomposición.
> RECAMBIOS. Hay que cambiar con frecuencia el aceite de fritura. Su aspecto (con restos de alimentos, oscurecido, denso o líquido...) será el que marque un nuevo uso (el máximo serían 4 veces) y luego desecharlo.
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